Mi primera vez

 

El pásado 19 de octubre, La Traviata inauguraba la temporada 2013-2014 del Palau de las Arts Reina Sofia.  Es la segunda ocasión en que el centro de artes valenciano programa la obra de Verdi, que también cerró la temporada 2009-2010. Esta vez lo hace bajo la dirección musical del brillante Zubin Mehta y con una producción que no deja indiferente nadie.

Hay una primera vez para todo y yo me estrenaba también en el mundo de la ópera ayer con la segunda función, gracias a mi abuelo, un completo apasionado de la lírica. Me he pasado la vida explicándole una y otra vez el funcionamiento del lector de DVD para ver y volver a ver óperas, zarzuelas y toda clase de obras de música clásica.

Una vez acomodados en nuestras butacas sorprendía la puesta en escena , todo completamente blanco y con un reloj enorme como único elemento decorativo, Junto al reloj, un señor sentado de pelo y barba blancos, para variar. Mi preocupación por no seguir la trama se esfumaba al ver como la  traducción al español de  las voces de los artistas se podía leer en el respaldo de los asientos, un punto a favor para la ópera.

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Pasaban los minutos y el señor canoso seguía en el escenario sin abrir la boca, no entendía su rol en la historia así que le pregunté a mi abuelo. Muy convencido me dijo «es el padre de Alfredo, que no quiere que su hijo esté con Violetta porque ella era un poco de vida alegre ,¿sabes?» .  Conforme se desarrollaban los acontecimientos pensé que era una metáfora de la enfermedad de la protagonista, así como el reloj simbolizando el tiempo que le quedaba. Pero no, hasta el final de la obra no descubrí que este señor era el Doctor Vrengil. ¿Demasiado moderno hasta para mí?

Durante el descanso tras el primer acto, algunos comentaron un fallo de la soprano que daba vida a Violetta, la joven Jessica Nuccio, que por lo visto no había pasado desapercibido para los más entendidos, me excluyo por supuesto, y según la humilde opinión de mi abuelo «tenia un poco voz de ratón». Pero durante la segunda parte, que dura sus 100 minutos seguidos, se ganó al público, y a mi abuelo también, que emocionado se secaba las lágrimas al finalizar la función y le regaló una tormenta de aplausos.

Pero el debate de la noche fue sin duda el tradicional escenario acorde a la época frente al minimalista de esa noche, despojado de todo elemento histórico para destacar la importancia del personaje de Violetta Valéry y su trágica historia de amor con  el noble Alfredo Germont.  Personalmente, y creo que de acuerdo con la mayoría de los allí presentes, sin  los trajes y el atrezzo dignos de las fiestas de esa época se pierde un poco la magia de la historia, aún así tuvo muy buena acogida, incluso mi abuelo le dio su aprobación. Incluso yo le dí mi aprobación, que mientras escribo estas lineas me sorprendo a mi misma escuchando  de fondo la obra de Giussepe Verdi.

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Marta Sancho

2 pensamientos en “Mi primera vez

  1. ¡Que sea la primera de muchas veces Marta! Me alegra leer tu primera vez en este apasionante e inabarcable mundo de la ópera. En cuanto a la modernidad yo pienso que aunque sea «música clásica» debe adaptarse a los nuevos tiempos y a la forma contemporánea de hacer teatro, ya hay miles de versiones «clásicas» de La traviata y opino que el plus está en navegar por otros mares y alejarse de la convención, aunque con el gran riesgo de que el producto final sea sublime o no consiga llegar al público. De todos modos, tal como lo cuentas y bajo la batuta de Zubin Mehta seguro que el producto final fue muy bueno, o al menos sirvió con engancharte a este mundo, que ya es toda una satisfacción 😉

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